sábado, 5 de diciembre de 2009


A veces lo que tenemos que ver es tan horrible, que preferimos hacer la vista gorda y cerrar la tranquera, y vivir en una cajita de cristal. Y otras veces la burbuja se pincha, y no queda otra que abrir los ojos y mirar lo que no queremos ver. El corazón se nos estruja y nos quedamos sin aire, ahogados. Duele abrir los ojos. Es como salir de la oscuridad, que la luz te enceguece. Ojos que no ven, corazón que no siente. Mejor mirar para otro lado, dicen. Meter la cabeza en la tierra como hace el avestruz. Pero para que algo cambie hay que romper la burbuja, hay que salir de la cajita de cristal. Abrir los ojos y animarse a ver, aunque lo que haya para ver nos estruje el corazón

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